¿Se puede proyectar el desarrollo de un jugador según su número de selección en el draft?


Desde aquella discusión presentada en Moneyball entre la vieja escuela (representada por los scouts) y la nueva escuela (representada por Billy Beane), algunos tienen la falsa percepción de que el rol de un scout es limitado. Lo que quizás desconocen estas personas es que hoy por hoy el denominado escucha forma parte clave en la evaluación de talento de un jugador amateur previo a su paso a una organización minoritaria de un equipo de Grandes Ligas.  Esto más que una aserción de mi parte, es un hecho no controvertido hoy en día en el mundo de la analítica: mientras menor es la concentración de talento de una liga, menor importancia debe dársele a las estadísticas para fines de proyección a un nivel superior.

Si bien es cierto que el mismo Bill James avocó por un sistema de traducción de estadísticas de niveles minoritarios a Grandes Ligas (Major League Equivalency), el mismo estaba limitado a los circuitos minoritarios de Triple A y Doble A, por lo que es muy poco lo que se puede colegir de un jugador como Bryce Harper cuando su último año de secundaria lo pasa enfrentándose a jugadores que no podrían recogerle el bate a ningún jugador de un equipo Rookie League. Es claro que Harper es superior a todos ellos, pero la pregunta que se hacen los equipos es qué tan superior y qué tanta inversión amerita. Ahí es que entra la importancia del scout.

En este sentido no es de extrañar lo mucho que invierten los equipos en esta área, ya que en gran parte de ésta depende el futuro de la organización.  Un ejemplo de buenos resultados en la capitalización de primeros picks lo es el equipo de los Nacionales, que han logrado convertir a sus dos más recientes escogencias de primera ronda en parte de una novena competitiva. Pero cabe hacerse la pregunta de cómo los equipos se topan con talento de este tipo. Quizás esta anecdota le pueda dar una idea:

Cuenta la historia que en  aquel verano de 1992, un novel scout se dirigía a evaluar a un jovencito de la secundaria de Westminster que según rumores contaba con las 5 herramientas. Aunque el scout podía nombrar estas famosas 5 herramientas requeridas para evaluar todo prospecto, éste no sabía exactamente cómo se analizaban las mismas o cuales parámetros determinaban lo bueno o malo de éstas.  Siendo este jovencito su primera evaluación, el scout tenía muy bajas expectativas sobre lo que podría analizar o detectar sobre el joven y estaba casi seguro de que tendría que usar su imaginación para poder completar su reporte.  Pero durante el partido el scout se dio cuenta de que aquel jovencito contaba con un excelente brazo en los tiros a primera, muy buen desplazamiento a ambos lados en el campo corto, un bate envidiable en cuanto a contacto y poder, y como si esto fuera poco el joven podía volar en las bases.

Al llegar a su casa luego del partido, el scout llamó de inmediato al scout supervisor de la región sur del equipo y le comentó sobre lo que había visto aquella tarde. Muy emocionado procedió a hacer referencia sobre las maravillas del joven, detallando cada una de sus habilidades. Al terminar con su reporte, y con tono de voz muy confiado le dijo al supervisor: “¿Sabías que antes del partido estaba aterrorizado al no saber que buscar en aquel chico? Pero conforme pasaba el partido me di cuenta lo sencillo que es este trabajo de ser scout. No puedo esperar a mi próxima evaluación”. Lo que no sabía el scout en ese momento era que el jovencito que acababa de evaluar era nada más y nada menos que Alexander Emmanuel Rodríguez (mejor conocido como Arod), y que seguro realizaría miles y miles de reportes más sobre jovencitos de secundarias, antes de toparse con otro talento igual.

Ahora bien, usted podría argumentar que es difícil equivocarse con un pick de primera ronda o con un Alex Rodríguez, y en cierto modo tendría razón. Según un estudio realizado por Rany Jazayerli de Baseball Prospectus durante el periodo entre 1984 y 1999, la diferencia en términos de WARP entre un primer pick y un segundo pick es de aproximadamente un 32%, siendo esta la mayor diferencia entre cualquiera dos picks durante las primera 3 rondas, conforme nos enseña el siguiente gráfico:

Producción en WARP, según posiciones Draft.

Ahora bien, no todos los equipos cuentan con una primera selección para hacerse con el jugador más talentoso de los Estados Unidos, Canada y Puerto Rico, y no en todos los drafts estará disponible un Strasburg o un Harper. En este sentido cabe identificar si existe diferencia alguna en la posición del draft y si la misma representa alguna expectativa clara del talento de un jugador. Según nos cuenta Jazayerli en su estudio, el declive de talento en los primeros 40 picks es más que claro conforme avanza el draft y conforme vimos en la gráfica anterior, pero la diferencia entre un pick de segunda ronda y un pick de tercera ronda es mínima, llegando inclusive a encontrarse desviaciones estadísticas aleatorias, que muestran mayor productividad en las posiciones 85-90 (3.55 victorias promedio por encima del reemplazo) que las posiciones 41-45 (3.26 victorias promedio por encima del reemplazo).

Es por esto que la labor de los equipos se torna cada vez más difícil en cuanto a determinar qué jugadores escoger en el draft amateur de Regla 4 y de ahí la importancia de contar con un buen equipo de scouts que puedan evaluar la mayor cantidad de talento para fines de aumentar las posibilidades de encontrar a la próxima gran estrella del juego.

 Francisco Merejo es co-fundador de sabermetrico.com. Puedes seguirlo en twitter en @fcomerejo. Igualmente recuerda seguirnos en @sabermetrico y estar atento a nuevas publicaciones todos los Martes y Viernes.

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