¿Podría ser Carlos Quentin la apuesta más segura del año?


Justo antes de finalizar el año, los Padres de San Diego estremecieron el mundo del béisbol al adquirir al excelente jardinero Carlos Quentin a cambio de los super prospectos Simón Castro y Pedro Hernández.

Ok, ok, quizás me pasé un poquito con lo último. En realidad, Castro y Hernandez no son super prospectos, y ni siquiera estaban entre los mejores posicionados en la excelente granja de los Padres.

Y quizás me pasé un poquito más con el cuento de que Quentin es un excelente jardinero, ya que podríamos decir todo lo contrario cuando notamos que en los últimos 3 años Quentin acumula un UZR de -38.8, lo que se traduce a una sustracción de casi 4 juegos para su equipo en este período.

Y donde verdaderamente se me fue la mano fue diciendo que el mundo del béisbol se estremeció, ya que no creo que ni los familiares de Quentin le hicieron mucho caso al cambio.

Pero lo que sí puedo asegurarles fue que el mundo sabermetrico quedo sorprendido ante la inentendible transacción. Y es que como es de conocimiento por estos lares, los Padres son un equipo con una gerencia pro-sabermetrica, dirigida por uno de los pupilos de Theo Epstein, el joven Josh Byrnes.

Quentin es un jugador que en los últimos tres años ha fallado en contribuir significativamente en términos de victorias a los White Sox, a pesar de haber conectado un promedio de 23.4 cuadrangulares por temporada.  Con un paupérrimo fWAR de 2.1, Quentin se sitúa entre los jugadores menos productivos de las Grandes Ligas y estos pobres números podrían continuar su curso en los amplios jardines del Petco, donde las debilidades defensivas serán más marcadas y donde el número de cuadrangulares podría verse considerablemente disminuido.  Sumémosle a todo esto el hecho de que los Padres cuentan con jóvenes prospectos listos para accionar en Grandes Ligas como lo son Rizzo y Alonso, que aunque juegan la primera base, pueden ser piezas más flexibles y baratas en el roster de los Padres, tomando en cuenta que Quentin devengará en el 2012 un salario de 8 millones de dólares.

¿Que habrá visto Byrnes en Quentin, que los demás simples mortales no pudimos notar a simple vista? ¿Cuál es el aporte que un jugador de limitadas herramientas defensivas y amplio beneficiario de las dimensiones de un parque ofensivo puede aportar en un parque como el Petco Field?

Quizás la respuesta a estas preguntas no esté en la percepción de los números recientes de Quentin, sino en los números e interés que pueda ser capaz de generar a mitad de temporada. Lo que se comenta en los predios sabermétricos es que Byrnes está jugando un poco al arbitraje financiero, donde estaría comprando a Quentin a un precio relativamente bajo, con la esperanza de venderlo a un precio mayor, sin incurrir en un riesgo más que el de la posibilidad de lesiones. Lo lógica detrás del bajo riesgo, es que el peor escenario que enfrenta Byrnes es que no pueda cambiar a Quentin a mitad de temporada y que éste concluya su contrato de un año con San Diego. Ante esta situación, Quentin sólo tendría que acumular un WAR de 1.8 para que su salario se ajuste al valor del mercado, el cual actualmente es de alrededor de 4.5 millones por (1) WAR acumulado.

En el mejor de los escenarios San Diego pagaría 4 millones por la primera mitad de temporada, y cambiaría a Quentin a un postor contendiente a la postemporada cuya necesidad sea de poder o de un 4to jardinero, pudiendo convertir a 2 prospectos de poca proyección como Simón Castro y Pedro Hernández, en prospectos de primera línea que puedan reforzar al equipo en temporadas venideras.

Francisco Merejo es co-fundador de sabermetrico.com. Puedes seguirlo en twitter en @fcomerejo. Igualmente puedes mantenerte al tanto del mundo de la sabermetría en @sabermetrico


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